Fórmula infalible para recuperar la amabilidad de tus hijos adolescentes

Hay un truco que me enseñó una amiga con un hijo un poco mayor que el mayor mío y que me ha dado tan buen resultado con mis dos hijos adolescentes, que a pesar de su sencillez, lo quiero compartir de manera oficial como celebración de mis 50.


Si te sientes frustrada o frustrado por la manera intolerante como tu adolescente te contesta cada vez que te diriges a él o a ella, recuerda que es una etapa en la que los hijos buscan su propia identidad y para eso deben rechazar lo que la figura autoritativa les sugiera.
Tú crees que sugieres, pero ellos lo toman como una imposición 
En el complicado mundo de las relaciones interpersonales, no hay como las de los hijos buscando su independencia de los seres que les dieron la vida, los cuidaron cuando eran totalmente dependientes, los llevaron al médico cuando se enfermaron, les prepararon la comida de dieta para recuperarse, se levantaban a horas increíbles para darles el antibiótico para superar la otitis y tantas otras cosas que crean un sentido de deuda emocional de los hijos hacia los padres.


Por muy indiferente que parezcan, los adolescentes son seres humanos en desarrollo, con un cúmulo de memorias heredadas y actitudes predeterminadas por esos genes y esas proteínas activadoras de genes que heredaron de sus ancestros.

Aunque tú como padre o madre hayas querido sugerir de una manera no impositiva alguna selección de asignatura o actividad para la cual tu hijo o hija demuestran habilidades, ellos van a reaccionar desde la percepción tuya con tus padres (que es probablemente lo que tanto te empeñas en evitar). Así que es doblemente frustrante:

  1. Te sorprende la manera como tu hijo responde, tan parecida a lo que fue tu propia percepción con tus padres, aunque te esfuerzas por evitar repetir lo que te molestaba de tus propios padres.
  2. Te preguntas de dónde viene esa manera tan agresiva de enfrentarte, cuando tú nunca le has dado motivos para ello: le leíste los cuentos de niño, el máximo castigo era el "time out", es decir fuiste un padre o una madre del nuevo milenio.
Sin más demora, el secreto para recuperar esa amabilidad que tanto extrañas o deseas:
No le hables a tu hijo. Espera que él o ella se dirija a ti, lo cual hará cuando tenga necesidad de algo y, por ende, lo hará con amabilidad
  • ¿Está lista la comida? Si te ha ignorado o ha sido grosero al llamrlo a comer antes, simplemente no lo llames más. Si se tarda mucho, déjale la comida servida sobre la mesa hasta que el hambre lo traiga a la cocina. Si te reclama que por qué no lo llamaste, recuérdale la forma como te ha respondido y que de ahora en adelante, prefieres no recibir ese trato, por lo que él o ella tendrán que estar pendiente de la hora de comer.
  • ¿Te retiras de la sala en donde él está? Te despides amablemente de manera general, sin esperar respuesta. 
Estos son algunos ejemplos de preguntas que podrías hacerte. Yo te aseguro, que si comienzas a tratar a tu hijo como a la persona adulta en la que se está convirtiendo, él responderá de acuerdo a tu comportamiento. 

La adolescencia es una etapa difícil tanto para los hijos como para los padres. Estamos acostumbrado como padres a expresar el amor, dando sugerencias porque los niños las necesitaban y las apreciaban de pequeños, pero a partir de cierta edad, es NORMAL que comiencen a rechazar tanto entrometimiento por parte de los padres. 

Todo hijo vuelve a ser amable con sus padres a partir de los 17 años. Si tu hijo está entrando en la pubertad, incluso a partir de los 9 o 10 años, recuerda que es una ETAPA pasajera y que no debes tomarte sus antipatías de manera personal. Todo pasará y luego desarrollarán una relación entre adultos. ¿Y cómo tratas tú a otros adultos? Con respecto recibiremos respeto y, si debes pedirlo, pues estás en tu derecho. Todos tenemos derecho a expresar nuestros sentimientos y es uno de los consejos que más he puesto en práctica con formidables resultados, de todos los libros para ser buenos padres que he leído: trata a tus hijos con respeto y ellos aprenderán a respetar. Sé amable y agradecido y ellos aprenderán amabilidad y a dar las gracias. 

¿Compartes conmigo tus impresiones? Espero tus comentarios.

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